sábado, 7 de noviembre de 2009

El antiguo culto al agua



Para los primitivos celtas, el mito suplantaba a la historia misma. En ninguna otra sociedad se daba tan perfecta simbiosis entre la realidad y la irrealidad, la narración y la fábula, lo exotérico y lo esotérico. Ya el griego Estrabón, que nació poco antes de comenzar nuestra era, menciona a los celtas en su voluminosa obra geográfica, basándose en escritos de anteriores historiadores clásicos, y hace mención a la similitud de ritos y costumbres entre pueblos, que merced a las contínuas migraciones de aquellos tiempos, hermanaban sus razas, hasta llegar incluso, a una posterior simbiosis. También cita algunas de sus peculiaridades, las cuales hacen a este pueblo primitivo más atractivo que otros muchos de aquella época.

Se sabe, por ejemplo, que los celtas adoraban las aguas de los diferentes manantiales y consideraban sagradas todas las fuentes. En torno a ellas se tejieron variedad de leyendas, algunas de las cuales han pervivido hasta nuestros días. Había un dios de las aguas termales llamado Bormo, Borvo o Bormanus -conceptos que tienen el significado de "caliente", de aquí derivará Bourbon "luminoso y "resplandeciente" o Dios de la Luz y su ancestral culto daría lugar a la celebración que todos conoceis del primero de Mayo: "Baltaine". Había tambien una especie de patrona de manantiales y fuentes a la que los galos, denominaban Sirona.

Y que decir de Asturias... ya su nombre nos habla de agua.. pues la raíz celta stur, quiere decir río (hay varias ciudades gaélicas con esa misma raíz). Quien conoce los ríos de Asturias, seguro, que no se pregunta porque la llamaron así, los primitivos celtas...

En cuanto a las fuentes sagradas, ya sabéis que el cristianismo, trató de erradicar esas costumbres "paganas" y otras parecidas. Y cuando no lo conseguía lo convertía "lo santificaba" con un templo o una cruz.
En Galicia, es curioso como más de 1000 años después, todavia subsisten estos cultos mitad paganos, mitad cristianos.
Hay una pequeña ermita en Malpica de Bergantiños, con una fuente, es la ermita de San Adrián, frente a las islas Sisargas. Cuando el visitante foráneo llega y ve los alrededores de la fuente, lleno de paños expuestos y colgantes, no sabe que está ante un rito más antiguo que la ermita misma y que tiene el mismo origen que el de arrojar ofrendas al agua.

Otro tanto ocurre en San Andrés de Teixido. Nadie se va de allí sin venerar su fuente, mojar su paño y lavar con él "su dolor". Es de suponer que la fuente es más antigua que el templo y su culto también. Esta fuente además tiene la particularidad de encontrarse en el fin del mundo: el Finis-terrae y sobre los acantilados mas altos de Europa, 620 m., uno de los mas bellos "ara-solis" de la Península.
Aunque de la transformación del culto al sol, hablaremos otro día.
Eso es, otra historia...



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