NO ENCONTRE TU MIRADA
Te he buscado en el fondo del océano,
en los altos picos, en los valles;
he subido por caminos estrechos,
y he escalado por paredes verticales.
No te he encontrado, ya lo sé,
pero no desfallecen aún mis piernas.
Te he buscado en el fondo del océano,
el agua atravesaba mi piel y estaba fría,
las algas se enredaban en mi cuerpo
y mordían mi carne los cangrejos.
Pero no encontré tu mirada...
He seguido tus huellas a través de la nieve
entre ventiscas y aullidos;
la Luna recortaba mi sombra
y mis pies se enterraban inmóviles.
Pero no encontré tu mirada.
He atravesado desiertos
y he dormido en las playas,
y en los bosques de mi mente me he perdido...
Y tú, que me enseñaste lo que es bueno,
la mansedad de la lluvia
y la dulzura del sol,
has hecho que traspase mis huesos
y que queme mi carne.
Y el vacio que hoy me invade
tiene el filo de una espada.
Te he buscado en la noche y en el día,
en los cuerpos y en las almas.
Te he buscado y te he buscado...
Más no encontré tu mirada.
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